iGNORANCIA
El despiste o ignorancia de los periodistas de la derecha española sobre las horas de los profesores de secundaria y lo que significan los recortes que ha efectuado Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid me dejan preocupado. Si ese mismo despiste que he tactado se extiende a las noticias importantes de cualquier hecho o acontecimiento, mi confianza en la prensa, de derecha o izquierda, me deja el amargo sabor de mi falta de confianza en su información. Aquí me refiero a la prensa de la derecha porque es la que defiende, con enorme torpeza, los recortes de la Presidenta. Y la Presidenta erre que erre. Yo no soy periodista, pero, con franqueza, es la carrera que me hubiera gustado cursar y que, por motivos económicos, allá por los años cincuenta del pasado siglo, no pude efectuarla, y me conformé con mi licenciatura en Filosofía Pura. Luego mi dedicación a la docencia en pequeñas ciudades me lo imposibilitó. Por eso me encanta el periodismo y, por encima de todo, estar informado en profundidad sobre lo que voy a hablar o escribir. Viene a colación por las distintas tertulias que he seguido en la tv6 y en el programa “Noria” de la 5ª. Después de los distintos puntos de información sobre el tema que dio la cadena –la 5ª-, escuché un debate, donde los periodistas conservadores hablaron de todos los desmanes que había cometido el PSOE, pero casi nada sobre lo negativo de los recortes de la señora Aguirre, que era el contenido temático. No reconocían la desvergüenza de la Presidenta llamando vagos a los profesores, su ignorancia sobre lo que era la labor profesoral en la secundaria y la importancia de los interinos; miles de ellos irían a la calle, algunos con muchos años de servicio, sin ninguna compensación. Tuvieron la osadía de afirmar, a grito vivo, que antes Zapatero había recortado la docencia cuando les rebajó un 5% de su sueldo. No se acordaban, en su soberbia, que el propio Aznar ya nos congeló el sueldo en el principio de su mandato y la ratio por alumnos se convirtió en un disparate. Pero una cosa es que los españoles contribuyan a la crisis y otra distinta es que se efectúen recortes en la labor profesoral y los pongan de patitas en la calle. Ignoran que ese recorte significan una subida de la ratio –por tanto una enseñanza masiva y más precaria- y que más de un profesor numerario impartirá clases de otra asignatura que no domina y, además, con el cabreo que significa para un numerario impartir clases que no sea de la especialidad por la que ganó las oposiciones. Para eso estaban los interinos. Pero es que, además, ese bilingüismo del que alardean se resentirá, así como profesores de apoyos, guardias, bibliotecas, etc. Pero estos señores –algunos de ellos- llegaron a afirmar que era hasta un hecho positivo, porque la enseñanza la impartirían tan solo numerarios, pensando -qué estupidez-, que un numerario es más fiable que un interino, hecho bastante discutible. Hay interinos -y muchos- que imparten su clase con más suficiencia y dedicación que un numerario. Y lo digo por experiencia personal. He dirigido un centro de Enseñanza donde todo el profesorado era interino, menos el de Dibujo, y los resultados en las pruebas de Selectividad eran muy superiores a las de centros con muchos numerarios.. No hay más que ver- si quieren- que mirar las actas de esos años de mi centro y comparar. . Pero es que, además, estos gritones que se iban por las ramas desconocían las horas de Claustro, de reuniones con padres, de tutorías con alumnos, las de preparación de clase y las inacabables de corrección de ejercicios y de evaluación. Y no les importaban que los recortes se efectuasen sobre estas tareas, como si no fuesen fundamentales en el desarrollo docente. Un desconocimiento tal de lo que significa la labor profesoral que mi asombro me llegaba hasta la punta del pelo. Y esto lo sostenían a base de gritos y falsedades , poco propias de personas que han ocupado un puesto importante en los gobiernos del PP. Su demagogia, soberbia y empecinamiento me dejaban sobrecogido. Y el moderador sonriendo, sin atreverse a mostrarle, con energía, que ese no era el tema que se estaba discutiendo. Ellos iban a tumba abierta dispuestos a no reconocer, de ningún, modo los recortes de Esperanza Aguirre. Y se agarraban a lo que fuere. No es la primera vez que el moderador muestra esa debilidad con la derecha y siento testificarlo una vez más. Para otros, la eliminación de interinos era, además, casi un feliz acontecimiento para la docencia. Era como una rémora de la que había que desprenderse. Y como los anteriores, pensaba que la docencia sin ellos adquiriría más peso, más solvencia. Y de bajar de nivel, ni mucho menos. Otros que no saben lo que dicen, ni el terreno que pisan. Pero en la enseñanza privada, sus profesores son licenciados, como el personal interino de los Institutos, y la docencia de estos centros privados sí que es alabada y prestigiada, a pesar de que no existe ese criterio de selección , que es la oposición, en la elección de sus profesores. Pero ahí no habrá recortes, ni expulsiones de profesores. Es natural: es la amada docencia de los conservadores, donde acuden sus hijos, prestigiada por el símbolo de lo religioso, aunque muchos de esos colegios de religiosos hayan sido potenciados por un depravado y sensual. Pero punto en boca. Esta enseñanza es intocable. Pero es lo que hay. Es la realidad docente en este país que, a boca llena, se llama demócrata. Pero les cuelan unos goles...Yo lo lamento porque se la machaque con tanta sevicia. Porque fui interino hasta los 47 años y me negaba a opositar. En la época de Suárez, luchamos hasta el límite por no ser funcionarios y por convertirnos en profesores con contrato laboral, como cualquier trabajador. Y ganamos votaciones en ese sentido. Pero como no estaba en la ley de la Función Pública...Y en la disyuntiva a donde nos condujeron, para no vernos en la calle, tuvimos que optar, con gran dolor de nuestro corazón, por convertirnos en numerarios. Es una pena tener que recordar hoy eso. Pero ante los desmanes de la señora Aguirre, es lo que toca, amigos.