miércoles, 23 de febrero de 2011

EL COAS DE SEVILLA CONTRA TRES EDIFICIOS EMBLEMÁTICOS

            No es la primera vez que un grupo de arquitectos sevillanos conservadores-hoy componentes del Colegio Oficial de Arquitecto de Sevilla (COAS)- arremeten contra los proyectos urbanísticos “estrellas” del alcalde Monteseirín. Me causan grima estos amantes de Sevilla que quieren guardarla en un fanal, conservarla tal como está y, a la vez, llaman audaces y personas de mal gusto a quienes piensan que la modernidad y la vanguardia no están reñidas con la Sevilla universal a la que todos aspiramos. Digo esto porque hoy ha aparecido, en los diarios sevillanos, una declaración de estos señores –arquitectos ponderados y reconocidos y supongo que no es la primera- donde critican “las obras de vanguardia y piden clasicismo” (Correo de Andalucía). Y se refieren, cómo no, a la Torre de César Pelli, al Metropol Parasol de Jürgen Mayer y a la Biblioteca del Prado de Zaha Zaid. Ya sé que son arquitectos ponderados y de reconocido prestigio los componentes del nuevo consejo consultivo como Rafael Manzano, Fernando Mendoza, Antonio Sáseta, Gabriel  Verd y José Antonio Carvajal, pero esto no quiere decir que, esa venda, a priori, que se han colocado y sus prejuicios contra todo lo novedoso que se haga en Sevilla, sea lo único sensato y el camino seguro en lo referente a la urbanística sevillana. Que haya que conservar los grandes monumentos del pasado nadie lo duda, monumentos que son de distintas épocas y de carácter muy dispar-arcos, murallas, torre del Oro, Giralda, Catedral, Ayuntamiento, Archivo de Indias, museos, edificios de la Exposición Iberoamericana, Iglesias Mudéjares, yacimientos romanos etc.-y que todos forman esa Sevilla impar que  el mundo admira, pese a esa almagama de estilos que  cada época ha ido proyectando y que ya forman carne y sangre de la ciudad. Ahora Sevilla quiere unirse a las grandes  ciudades españolas que han construido nuevos iconos como Valencia, Bilbao, Madrid, Barcelona etc, como ya han hecho todas las grandes ciudades del mundo, como se ha realizado en las otras bellas artes, como la escultura, la pintura, la poesía, donde la vanguardia ha implantado su sello, como nueva manera de ver la realidad, porque la creación no tiene límites y, nos guste más o nos guste menos, cada época implanta sus coordenadas. O sea, se han incorporado a la estética ciudadana los nuevos modos de entender el urbanismo en estos nuevos movimientos que ninguna ciudad que se precie quiere perderse y Sevilla, nuestra extraordinaria Sevilla, tampoco. Si ha sido un hito en cada nuevo estilo arquitectónico del pasado ¿por qué ahora no? No podemos anquilosar su urbanismo porque algunos, anclados en pasado clasista, quieran mantener un purismo tradicional y afirmen que a Sevilla no se le puede tocar porque Sevilla es única y no necesita más iconos. Y como ha dicho el decano del COAS, Ángel Díaz del Río: “Sevilla no necesita más iconos  porque ya los tiene y son los que vienen buscando la gente”(Diario de Sevilla). O sea, Sr. Del Río, que la arquitectura de Sevilla ya está completa y que las vanguardias y la modernidad sólo pueden parchearla y no tienen nada que decir ni que enseñar. A estos soñadores anclados en el pasado, por muy buenos arquitectos que sean, yo les diría que nuestra Sevilla no renuncia a la modernidad de la altura, ni a la de la vanguardia, que quiere otros iconos excelentes –mientras más mejor, digo yo- que puedan llegar a ser nuevas referencias en el mundo entero y el  futuro se lo agradecerá; que quiere perspectivas nuevas, sin perder las del pasado que ahí están y seguirán estando. Eso es lo que queremos para el futuro de Sevilla, que su modernidad sea un atractivo más y no se critique con mentalidad trasnochada el Parasol de la Encarnación y se le endilgue la desafortunada expresión que son como “naves extraterrestres que aterrizan en una ciudad que tienen una arquitectura y un diseño urbanístico único, y que es lo que la hace atractiva”(Correo de Andalucía) A Sevilla, en verdad, la hace atractiva esa amalgama urbanística de estilos tan distintos como la Catedral y el Alcázar, la Fabrica de Tabacos, el Hotel Alfonso XIII o la judería y las murallas o la Casa de Pilatos a la que se agregará, no muy tarde el Parasol de la Encarnación, que es otra variante creativa, como es el cubismo de Picaso respecto al realismo de Veláquez y Murillo y los tres son genios de la pintura y dignos de cualquier museo del mundo, y sí proporcionarán una Sevilla más audaz y completa, Sr. Verd. ¿Por qué, Sr. Sáseta,  la Torre Pirelli solo conduce a la ruina? Creo que además de ser un nuevo y elegante referente de Sevilla, es una atalaya magnífica para admirar la ciudad y solazarse de su belleza y dominar todo su pasado arquitectónico en unos minutos. No habrá mejor mirador al respecto. Y con ese diseño arquitectónico, Sevilla agrega un magnífico rascacielos, de lo que carecía, a parte del sentido utilitario que puede aportar y aglutinar en esa zona de la Expo, potenciándola  comercialmente, que ya  contiene un diseño de modernidad y que fue alabado por  millones de visitantes. Sr. Manzano, no estamos en la época del clasicismo. Debe quitarse la  venda y trabajar porque a Sevilla venga lo mejor de la  vanguardia y de la arquitectura moderna y no se atrinchere en un pasado que ya es pasado y que está pidiendo a gritos que modernicemos la ciudad. Claro que ustedes, arquitectos de fuste, dicen que no renuncian a la modernidad de proyectos prestigiosos, pero estos iconos nuevos son desafortunados y por eso los critican.. ¿Saben una cosa? Que vendrán otros proyectos vanguardistas y otros más –rascacielos, no, Sr. Mendoza, se convertiría Sevilla en una ciudad de quinta categoría con su torre y su centro comercial. Dígale esto a Madrid, París, Moscú, Pekín, Shangay, Tokio, Singapur etc. etc.- y ustedes seguirán diciendo que son un atentado contra la estética sevillana y siempre con el mismo argumento: Sevilla ya tiene sus iconos y no necesita otros. Pero sí es una pena que las nuevas  barriadas de Sevilla tengan un aspecto tan pobretón y,  salvo excepciones, no produzcan  esa sensación de grandiosidad como las de  Valencia, Zaragoza, Málaga,  Bilbao, Vigo, Gijón y muchos etc. ¿Qué tiene que decir el COAS sobre este asunto? Claro, como Sevilla ya tiene sus iconos, que son únicos, las barriadas de bloques ramplones y sin sentido estético, en calles constreñidas, no en avenidas amplísimas y bien trazadas, ya no tienen demasiada importancia. ¿Qué tendrían que decir estos arquitectos clasicistas que se miran en el pasado ante ese desbarajuste urbanístico de las   barriadas? Sevilla, en ese aspecto, es una ciudad fea, que ha renunciado a modernizarse  como lo demandan los tiempos actuales. Y es penoso para los que viajamos y luego volvemos;  el regusto no es halagüeño para la vista. Claro, como hay que aislar a Sevilla para que la modernidad no nos asole y nos haga perder la identidad...Ya tenemos suficiente con lo que tenemos. Por eso nos tapamos la  cabeza como el avestruz para no mirar al futuro y regodearnos en el pasado. Y que nadie ose tocarlo. Que sea anatema quien lo intente,  y si lo intenta, a  boicotearlo, diciendo que son ilegales, a la espera de que los nuevos políticos conservadores que se avecinan les eche una mano. Y mientras, cualquier ciudad de medio pelo, laborando como hormigas su futuro, dejando en tamañito a la gran ciudad de nuestros sueños. Lamentable.

lunes, 14 de febrero de 2011

Cayó el dictador Mubarak


            El viernes, día 11 de febrero, renunciaba a su poder el presidente egipcio Muhammad Hosni Sayyid Mubarak. En quince días largos de protesta, el pueblo egipcio, reunido masivamente en la plaza de la Liberación, la  más emblemática de El Cairo, ha obligado a dimitir al dictador. Llevaba dirigiendo Egipto más de 30 años. Un mes antes, el pueblo tunecino obligaba también a su renuncia a Zine el Abidine Ben Alí por su tiranía abusiva. En estos días, los secuaces de Mubarat, su policía nacional, ha provocado más de 300 muertos, que pedían, como el resto del país, el fin de la dictadura. De momento, se ha disuelto el Parlamento y se redactará nueva constitución de acuerdo con las aspiraciones del pueblo, que no es otro que la de establecer un régimen democrático, con libertad para la creación de partidos políticos y convocar elecciones democráticas y elegir, con ello, un presidente de la república, según votación popular y los años que se estipule de mandato. El dictador, de 82 años –al parecer, enfermo de cáncer de estómago- obligó al ejército a salir a la  calle para que hiciese entrar en razón a la población. Pero los generales egipcios, con sentido común y humanitario, no ha propiciado la sangría humana para convencer al pueblo, como así pretendía el dictador, sino que su presencia ha sido testimonial y ha dejado al pueblo ejercer esa soberanía que el propio Mubarak le había confiscado, no acallando protestas, ni gritos, no convenciendo a la multitud a que abandonase la plaza, sino mostrando con su actitud que el ejército estaba con el pueblo, a favor del pueblo y que nunca, en  una disyuntiva, por orden expresa de Mubarak, llegaría a disparar  contra la multitud. Es todo un ejemplo de comportamiento y de alianza con la masa del pueblo, del que ellos son parte y que están para lo que están, para luchar a favor de su patria y de sus ciudadanos. Los generales egipcios, en este momento crítico, le hablarían con mucha claridad a su presidente. Ellos y los hermanos musulmanes y consejeros, que consideraron que ya estaba bien de opresión, de pobreza, de yugo, de despojo de derechos humanos, de menoscabar la libertad de expresión, de desigualdades y favoritismo, de desvalijar las arcas del tesoro a favor de los poderosos, de Mubarak “quia nominor leo”, que, según cálculos que recojo de la prensa, suma la bonita cantidad de 40.000 millones de dólares, que, traducidos a euros, son nada menos que 29. 500 millones, sumando propiedades  y  cuentas bancarias en EE.UU, Europa y países del Golfo Pérsico. Cantidad mareante de millones que pueden poner en solfa la no muy boyante economía egipcia. Una inmoralidad incalificable ese robo del dictador a las arcas del Estado, porque supone que sus 30 años de presidencia egipcia le da derecho  a ese esquilmo a su pueblo, sin importarle su pobreza y las carencias a la que ha sometido al pueblo durante tantos años y por lo que debe pagar sin paliativos. El ex presidente  Mubarak ha huido del Cairo en helicóptero con su mujer y su hijo Gamal, el que  él pensaba que sería su sucesor,  como si fuera un monarca de la vieja usanza y Egipto, su propiedad privada, que pasara de padres a hijos. Pero, él tan patriota y amante de su pueblo, se ha marchado a la residencia de Sharm el Seij, la preferida por él, a orillas del mar Rojo, al sur del Sinaí, donde él acostumbraba a recibir a personalidades y mandatarios extranjeros, con todo lujo y comodidades. Me temo que su destino final estará fuera de su querido pueblo –tanto lo quería que lo ha dejado exhausto-, quizás en una residencia con sus amigos petrodólares, quizás en Dubai o en Arabia Saudí. Será el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas quien decida su destino final, lo mismo que  ha decidido mantener, bajo su tutela, el gobierno de Egipto, para que dentro de seis meses, cuando el país este preparado, puedan permitirse unas Elecciones democráticas y dejar, entonces, su actual mando provisional, en manos del nuevo gobierno, elegido democráticamente por el pueblo. Pero es curioso cómo se originó toda esta movilización popular que ha acabado con Mubarak. Fue a través de jóvenes blogueros que, con misivas entre ellos, a través de sus facebook, pancartas, pintadas, pusieron en alerta a la población, la motivaron bajo el lema de “todos somos Said”, el bloguero de 28 años , capturado y muerto a consecuencia de las palizas brutales que le propinaron los agentes, estos sí, al servicio del dictador Mubarak. Es una buena lección para los dictadores, esos que manejan todos los hilos del país y abusan del pueblo de una manera brutal. Todavía restan regímenes donde los derechos humanos no se respetan y la libertad de las personas está en entredicho. En España padecimos ese terrible mal durante cuarenta años, pero la democracia no se consiguió por levantamiento del pueblo, como ha sucedido en Egipto, sino por la muerte inexorable del viejísimo cacique, de tal modo que aún quedan rescoldos y el fuego todavía no se ha extinguido.  De vez en cuando los  nostálgicos del viejo régimen añoran los antiguos métodos y echan de menos al general. No entienden la democracia, no  quieren democracia y no se avienen a la igualdad de las personas, a esa igualdad entre hombre y mujer, a la igualdad de género entre homosexuales y heterosexuales, etc. Es posible que la valentía del pueblo egipcio, el levantamiento del pueblo egipcio, haya encendido muchas luces en muchos países donde el trato democrático no es aún posible. No diré que la victoria del pueblo tunecino y la del pueblo egipcio, sobre todo contra el todopoderoso Mubarak, vayan a provocar ese efecto dominó que se da en otras parcelas, pero sí hay un viejo refrán castellano muy elocuente y sabio: “Cuando las barbas de tu vecino veas quemar, pon las tuyas a remojar”.

jueves, 3 de febrero de 2011

LO QUE PRESUMÍAMOS

            El Sevilla F.C. ha sido eliminado de las semifinales de la copa del rey por el R. Madrid. Perdió en la ida por 0-1 y en la vuelta por 2-0. Esta es la escueta verdad, que priva al equipo sevillista de repetir final. De este modo la jugarán Barcelona y R. Madrid. Al parecer, era y es  la final soñada  por la mayoría de los españoles, por la FEF-que se embolsará 15 millones-, por la televisión, que engordará su cuota de pantalla, por la prensa de Madrid y Barcelona sobre todo, que llenará páginas y páginas durante semanas -prepartido y pospartido-, con los dimes y diretes más insólitos, examinando con lupa hasta los intríngulis más increíbles y las nimiedades más absurdas,  por los comentaristas televisivos de las televisiones privadas, que durante días debatirán sobre el evento en todas sus facetas sobre jugadores, técnicos, directivos, por la repercusión a nivel mundial que representa este enfrentamiento entre dos colosos, dos de los equipos más grandes y poderosos del mundo...Por todo ello y muchas cosas más que son imposibles de plasmar –llenarían muchas páginas- en este artículo ¿quién, a no ser los sevillistas más fanáticos, se atrevería a pensar que su equipo del alma podría jugar este año la gran final contra el  Barcelona? Pero otros muchos sevillistas, los  más desconfiados, como el que esto suscribe, no podía esgrimir, con humor amargo, otra cosa que el titular de mi artículo después de su eliminación: Lo que presumíamos. Las razones ya están dadas y son tan poderosas que hacían imposible otro resultado, aunque falta la más sibilina de ellas: la labor arbitral. Nuestro presidente sigue afirmando, para el que quiera oírle, que los árbitros no perjudican ni favorecen de un modo consciente, que sus equivocaciones, para bien o para mal, se deben a que son humanos y como humanos se equivocan, que unas veces quitan y otras dan. Pero no todos somos ni tan prudentes, ni tan caballerosos como él; claro que, en su fuero interno, después de lo visto en ambos partidos, pensará, como todo sevillista que se precie, que el mangazo, igual a robo, ha sido tan descarado, que nadie se cree esa justeza e imparcialidad de los jueces, al menos en estos dos partidos. Y como toda persona tiene derecho a opinar, a juzgar y a mantener unos criterios después de lo visto, yo no puedo ser menos que los demás. Porque es curioso que el señor Undiano, con cara de buena persona, el considerado el mejor árbitro hispano -¿cómo serán los demás?- con el Sevilla F.C. no ha tenido suerte en sus arbitrajes. No hace mucho, en Villarreal, le hizo morder el polvo, no concediéndole dos goles legales. Y ahora, en la propia Sevilla, amén de no expulsar a dos jugadores madridistas en los primeros compases del partido por alevosas entradas –el Madrid pudo jugar gran parte del encuentro con 9, con lo que ello significa-, no concedió un gol legal de Luis Fabiano, porque ni su juez de línea ni el mismo Undiano vieron el balón dentro de la portería. Con dos jugadores menos y uno a cero ¿qué hubiera sido del R. Madrid? Así que nos quedamos con cara de tonto con su 0-1 en la segunda mitad. Y ahora, en la vuelta, otro juez de la contienda –no merece que cite su nombre, porque ha tolerado agresiones sin cuento a los jugadores sevillistas, alguna de ellas, digna de la roja, como la que no mostró al  exsevillista de Camas, que hoy mea madriditis, y que otra vez hubiera dejado al R. Madrid sin un jugador menos- da por bueno un fuera de juego, que no es, y que Negredo, de forma virtuosa, había introducido  en las redes de Casilla. Y  además, saca tarjeta roja-aquí su vista le funcionó sin nebulosas- al central sevillista Sergio Sánchez. Y fue el Sevilla el que tuvo que pagar la faltas de criterio de un árbitro mediocre y jugar con 10. Era lo que procedía y estaba en el guión de todos los estamentos que he citado. No había que tener piedad con un equipo menor, pues no otorgaba tantas expectativas a todos los niveles como la clasificación de los dos grandes. Era como minusvalorar el gran debate y eso no entraba en los cálculos de un buen aficionado del fútbol, porque significaría un palo fortísimo para los grandes dirigentes. Alguien ya amenazó con llevar a los juveniles a jugar contra el Real Madrid. Tal  vez sea una buena  baza cuando haya que jugar contra los dos colosos, que se están apropiando de la parte del león del dinero de las televisiones privadas, dejando al resto con las migajas, más o menos ponderadas, del gran caudal. Así se explican sus fichajes millonarios a las mejores figuras del fútbol mundial. Y no procede, no es justo. Hay que acabar con este predominio insultante, que los títulos no son patrimonio solo de Madrid y  Barcelona. Y esto sucederá durante años si nadie intenta remediarlo a partir de ya. Pero yo tenía que decir más cosas. No sólo criticar el madridismo  y barcelonismo que llenan las emisoras nacionales-qué  vergüenza- de radio y televisión a la hora de hablar de fútbol. En un país democrático es intolerable y ofensivo para los sentimientos de muchas personas que también sienten, en su corazoncito, el amor por su equipo del alma. Cada vez las escucho menos, las  veo menos  y, a la hora de hablar de los dos grandes, enfurecido, las apago. Quería referirme, en especial,  a ese nido madridista  que es-según mi criterio y el de miles- Marca TV, radio Marca y periódico Marca. Se han dicho y escrito cosas muy fuertes, auténticas salvajadas y desvergüenzas  contra los andaluces, sevillanos, Sevilla F. C. y su presidente, en ese periódico. Y yo, como andaluz, como sevillano de adopción-estoy empadronado en Sevilla- y como sevillista, no renuncio a quejarme, a denunciarlas con amargo furor, a lamentar, como persona  responsable, este soberbio disparate. Deploro la ignorancia que algunos tienen de Andalucia, que es un pueblo sabio, que ha sabido asimilar tantas civilizaciones y conserva toda esa riqueza de razas y prueba de ello es su enorme cultura, su valioso e ingente patrimonio artístico, su famoso y universal folklore, que muy bien pueden rivalizar con cualquier pueblo cimero del mundo y que no todos los pueblos de España –a los que respeto- pueden afirmar lo mismo. El fútbol es solo un juego y no debe ofuscar la mente de las personas hasta ese punto de  desvergüenza y de insulto racial. Y todo ha nacido, quizás, por no haber sabido interpretar un vídeo, que tenía, como única finalidad, animar, incitar a los sevillistas a acudir a Nervión, de ahí sus pintadas en rojo y blanco -los colores de nuestro equipo-, y esos gestos y expresiones para llamar la atención de los suyos  -lo manifiesta en él el propio Palop al presentarlo-, y no gritos de guerra y sangre, de furia, de calentar la caldera contra los madridistas, tal vez con  alguna broma inocente, muy propia de nuestra forma de ser, que los de fuera, como pasa tantas veces, son incapaces de comprender. Y luego con lo del botellazo a Casillas. Hecho muy lamentable y que todo el sevillismo ha reprobado, pero que la interpretación, no menos sibilina, de mentes enfermas, ha convertido en algo estudiado, preparado y patrocinado por nuestro presidente en vomitivos y malintencionados comentarios y atentados contra su vida personal, considerándolo como el ideólogo de toda esa máquina que ha terminado con el botellazo a Casillas. Otro personaje- de la tertulia Futboleros de Marca TV, al que yo sí tildaría de paleto y cateto ancestral, que presume de ser amante de  Sevilla, de su Feria y Semana Santa y a la que, según dice con orgullo altanero,  acude  con frecuencia-, llama cateto  y paleto al presidente por su video, que ha originado esos desmanes. Pobre elemento que no se da cuenta que lo toman como un bufón en su propia tertulia, pues sus disparatados juicios no le otorgan otra opción... He aquí  a lo que puede llevar un desmadre futbolístico. Pues yo, que jamás he escrito una crónica de fútbol, me he visto impelido a pergeñar este comentario, personal, por supuesto, sobre unos hechos que he visto y presenciado, y que como ciudadano libre y responsable, otorgo mi particular visión y criterio. Y hasta me enfado. Y aunque  se trate de un juego, a los malintencionados hay que ponerlos en su lugar y gritarles que no se puede jugar con los sentimientos de personas, porque  cada cual tiene su alma en su armario