domingo, 1 de mayo de 2011

A PROPÓSITO DEL PREGÓN DE LA SEMANA SANTA DE SEVILLA DE DON FERNANDO Mª CANO-ROMERO MÉNDEZ

            Después de la lectura del bien construido Pregón de la Semana Santa de Sevilla del Sr. Cano - Romero Méndez –que no pude escucha en vivo- me quedó un regusto agridulce, que es el que quiero comentar en mi blog.. Por eso lo titulo a propósito del Pregón y no el Pregón en sí. Porque este ha sido un acierto más de un buen pregonero, bien escrito y con recursos literarios suficientes,  en párrafos briosos que, a veces, pretenden desbordar su largo contenido. Se trata, además, de un católico, apostólico y romano, que hace profesión de su fe y que acepta, a pie juntillas, como no podía ser menos, según se expresa, todo lo que ordena y manda la Santa, Católica y Apostólica Iglesia. Sin embargo, no ha seguido la tradición de los pregoneros que le han precedido de salpicar su pregón con poemas de variadas estrofas para dotar, de mayor amenidad, afecto y sentimiento, al discurso. Y creo que ha sido un acierto porque hay que dominar la métrica y la expresión poética y eliminar los tópicos, y no incurrir en esas sentimentaloides series de romances que buscan el aplauso final. Sus versos finales demuestran que el poema no es su fuerte y que, en ese aspecto, su acierto ha sido  casi pleno. Los pregones, por lo general, son netamente capillitas. Es decir, es una exaltación de cada una de las cofradías que procesionan en los  días de la Semana Mayor, con referencias a las imágenes de sus pasos, a sus características,  a los lugares  más emblemáticos y efectistas por donde  transcurren, incluso a personas relacionadas con la cofradía, acentuando el pregonero, también, su mayor extensión, fervor y sentimiento, a las imágenes de la Hermandad a la que pertenece y pertenecieron sus ancestros. En una palabra, el localismo cofradiero es lo que priva; es más, el público al que se dirige no lo entendería de otro modo y son las imágenes y su procesionar la esencia de su Semana Santa. De tal modo, que ni pregonero ni público aceptarían  un Pregón de Semana Santa tomando, como base, el relato de la Pasión evangélica, sin la referencia a sus imágenes. Tampoco  casi ningún pregonero lo ha intentado, porque eliminar los efectismo de lo tangible  sería como acabar con el Pregón capillita, localista y tradicional. El Sr.  Cano – Romero no iba a ser una excepción. Inteligentemente, sí ha evitado que el  verso  corra por él. Sin embargo, los que no somos capillitas y no comulgamos con su catolicismo, hemos escuchado y leído su pregón, tenemos, a propósito de ello, que puntualizar algunos de sus comentarios. Ya dijo Cristo –y yo soy cristiano- que hay que dar al César lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios (Mat.22,v.21). Y no casa bien mezclar lo de César y lo de Dios, Sr, Cano-Romero, y usted lo ha hecho en tres puntos de su Pregón. Dice usted en el primer punto: “Tú que diste vida a la Vida, no permitas que se arrasen tantas vidas como hacen los modernos Herodes de bata blanca”, aludiendo a una decisión del César, es decir, a una Ley aprobada por un Estado democrático, donde no sólo hay católicos, sino miembros de muchas religiones no católicas, incluso agnósticos y ateos. M refiero, como sabe, a la Ley del aborto. No creo que a ninguna mujer le guste abortar. Pero hay decisiones íntimas, dentro de unos plazos, que nadie tiene derecho a discutir y es la libertad de la madre, pues el feto reside en su vientre y no en el de la Iglesia Católica, quien tiene el derecho de decidir sobre aborto sí, o aborto no. Una mujer violada no está obligada a aceptar  lo que le han sembrado sin su voluntad y con repugnancia, a seguir adelante  si su embarazo supone un grave riesgo para la vida de la madre, que también  es persona y es vida y base de más vidas, a consentir   la  malformación física o psíquica del feto, que le llevaría a una vida llena de complejos, de privaciones y cruces. Y esto no es vida, es un infierno para esa persona y le haría maldecir esa vida que tan bellamente usted desea para ella. Porque usted habla de crimen. Pero ya puesto a meterse en el terreno del César, no alude al derecho de seguir viviendo y hay muchos millones de seres que malviven y mueren de hambre y de enfermedades curables por falta de medios y suficiente protección, con derecho, como usted y como yo, a seguir viviendo No quiero polemizar sobre este derecho a seguir viviendo del que usted no habla. Solo una cosa. Si Jesucristo volviese de nuevo a la tierra ¿sabe usted lo que haría? Avergonzarse del poder tan poco edificante de esa iglesia que él no fundó, lastrarle su inmensa fortuna y su ingente riqueza artística y con ese producto tan fabuloso y que nadie puede imaginarse, acabar con el hambre de tantos millones de hambrientos, dotarlos de cultura  y de salud y regenerar a la humanidad, hasta que la luz los alumbre a todos  y reine la igualdad. Pero  Cristo no vendrá de ese modo tan infantil como lo pinto, la iglesia católica seguirá arropada a su riqueza por los siglos de los siglos y el llamado santo padre será objeto de todos los honores y privilegios y gozará de servidores para satisfacer hasta el más pequeño de sus deseos. Cristo resaltó sin ambages:”Si quieres ser perfecto, ve, vende cuanto tienes, dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos, y ven y sígueme. Al oír esto el joven se fue triste, porque tenía muchos bienes( Mat.19, v. 21-22) O en Mat. 8 v. Del 24-34, donde dice que no se puede servir a Dios y a las riquezas, donde alude a las aves del cielo, a los lirios y la yerbas del campo, para concluir: “ No os preocupéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, qué beberemos o qué vestiremos? Los gentiles se afanan por todo eso; pues bien sabe vuestro Padre que de todo eso tenéis necesidad. Buscad , pues, primero el reino y su justicia, y todo esto se os dará por añadidura. No os inquietéis, pues, por el mañana; porque el día de mañana ya tendrá sus propias inquietudes; bástale a cada día su afán”.¿Es de este modo evangélica y desprendida , la católica, apostólica y romana Iglesia de San Pedro? Muy característica es la frase del Quijote, donde afirma  Don Quijote: “Con la Iglesia hemos topado, Sancho”. A este crimen de lesa humanidad, que todos tenemos  clavados en el alma, y mucho más los que más tienen, usted no alude. ¿Para qué? Ese lamento que no cesa es como oír llover... El segundo terreno del César que usted toca es el de la desaparición de los crucifijos en los centros docentes. Cristo, amigo mío, ni sobra, ni falta en ellos.. Simplemente no necesita estar. Un estado laico, aconfesional, no tiene por qué manifestar públicamente los símbolos de ninguna religión. Y la docencia española está poblada de  católicos y no católicos y de muchos no creyentes. El que ama a Cristo debe llevarlo en su corazón, señor mío, y sería una ofensa para los que no creen en él, verlo cada día presidiendo su aula. ¿Es muy difícil ser consciente de esto?... El tercero es muy poco serio y nada tiene que ver con lo religioso. Usted alude, porque no le gusta, como a todos los conservadores, la arquitectura de vanguardia en Sevilla y tampoco los rascacielos como la torre Pelli que, contra viento y marea, está construyendo  Cajasol en la entrada de la antigua “expo”. De ahí que se lamente de la construcción del Parasol en la Plaza de la Encarnación y lo demuestre con un chiste. Mire usted. Si Sevilla tiene un patrimonio excepcional en el gótico, en el mudéjar, en el renacimiento, en el barroco y en tantas muestras más  de cultura -ya he polemizado en estas páginas de mi blog sobre ello-, yo quiero y deseo que lo consiga también en lo vanguardista, que nada quita a su pasado, sino que engrandece su futuro. Y el Parnasol –le guste o no-  ya es un éxito. Y lo será cada vez más, pese a usted y a sus amigos conservadores. Y, cómo no, pese al chiste, sin venir a cuento, en su católico y conservador Pregón.




















 











 





















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