Don Gonzalo Leyva, gerente Atención al Cliente de Iberia:
Muy sr.mío: Acabo de recibir su carta de disculpa-09 de agosto del 2011- en nombre de Iberia por el desgraciado retraso de la noche del 29 de julio del presente en Ginebra y por dejarnos tirados en Madrid en la madrugada del treinta. Cuando se ha hecho todo lo posible para que esto último no sucediera, podría aceptarse, pero teniendo medios y normas que le obligaban a no hacerlo –se trataba nada menos que de 38 pasajeros para Sevilla- y no los pusieron en práctica, estas disculpas las echo en el cesto de los papeles. Y no se moleste, porque los molestos, cabreados y en estado de indefensión en la solitaria y enorme terminal 4 del aeropuerto de Barajas, fuimos nosotros, después de un retraso de más de dos horas.
El segundo aspecto que siempre cumplen ateniéndose al Reglamento CE261/2004 respecto a la asistencia personal, esta vez –que casualidad- , por las razones que fueran, 0000lo incumplieron sobradamente. Y sabiendo que en la madrugada nos transportaron al hotel Atocha y que en el hotel que nos proporcionaron nos negaron cena y desayuno, tiene el humor negro de decirnos que le pasemos las facturas de comidas, bebidas etc., sabiendo –lea mi informe- que nos quedamos in albis en esos apartados. Es verdad que al llegar de nuevo al aeropuerto y, con el tiempo justo, tomamos un café y tostadas, al menos eso hicimos mi mujer y yo ¿Cree usted que procedía en esos momentos apresurados pedir al dueño del bar facturas por un ridículo desayuno cuando nos urgían para embarcar?
Llegamos al pueblo doce horas después de lo estipulado. A las doce de la mañana. Y los que tenían que trabajar ese día no pudieron cumplir con su obligación.¿Le parece correcto?
Lamentable, sr. mío. Todo queda reducido a su petición de disculpas - que le reitero que no acepto- y al salvavidas justificativo de unas facturas impensables que, bien sabe y se lo reitero, no pudieron existir, pues el propio hotel solo nos proporcionó dormir y nos negó otro tipo de asistencia.
Es triste y gravísimo que un hecho tan deplorable quede sólo en una disculpa como cualquier hecho baladí. Por desgracia, los poderosos son los poderosos y el españolito de a pie tiene que conformarse con el pataleo. Bueno, puede denunciar a Iberia y ¿qué cree usted que pasaría? No me haga usted reír, porque sería una risa muy amarga.
Fdo. Laureano Jiménez Carrión.
es lo que hay
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